La ciencia ha estudiado ampliamente los sentimientos de las madres hacia sus hijos. Y todo lo que una madre entrega en amor, en sufrimiento, ejemplo, formación, sacrificio y templanza por su hijo o hija. Forjando la personalidad de los que habitamos y construimos una sociedad.
Haciendo una interpretación literaria de las personalidades de los hijos que se han visto influenciados por sus madres, encontramos los “hijue’wendys”. Estos son aquellos que nunca han madurado debido a madres que padecen el “Síndrome de Wendy”. Inspirado en el personaje de la novela “Peter Pan”, escrita el siglo pasado por el escocés James Matthew Barrie. Son madres que sobreprotegen y causan que sus hijos vivan siempre en el ‘Nunca Jamás’.
Los “Hijue’bovaristas”. Son los frívolos y antipáticos que crecieron sin conocer el amor persistente de una mujer que sufre del síndrome de ‘Madame Bovary’. Descrito según los rasgos del personaje creado por el novelista francés del siglo XIX, Gustave Flaubert. Mujeres implacablemente obsesivas que nunca encuentran paz por idealizar relaciones, priorizando a sus parejas y relegando el amor de sus hijos.
Los “Hijue’medeas”, son las personas que crecieron sin la presencia de una madre, inspirado en ‘Medea’, personaje macabro de la novela trágica del poeta griego del siglo V a.C. Eurípides. Una bruja que mata a sus dos hijos por venganza contra su esposo.
Y están los “Hijue’úrsulas”. Son personas formadas con amor y carácter de madres dedicadas, independientes, autoritarias pero a la vez generosas. Inspirado en el personaje ‘Úrsula Iguarán’ de la novela de Gabriel García Márquez ‘Cien Años de Soledad’. Una matriarca que prioriza siempre el bienestar familiar.
Existen muchos arquetipos en la literatura y el cine que encarnan los sentimientos de una madre hacia sus hijos. El amor de una madre es un regalo que recibimos, el cual nos compromete a cuidar y no defraudar. Ningún hijo que haya recibido amor querrá defraudar a su madre. Sería una traición a su confianza y devoción.
Por eso no me explico por qué en nuestra sociedad hay tantos “Hijue´madres”.
Si cada persona antes de matar, robar, insultar, engañar, sobornar, corromper, abusar, violentar, amenazar, disponer de recursos públicos para comprar senadores, engañar al pueblo, mentir para dividir y rasgarse las vestiduras cuando tienen rabo de paja. Si tan solo antes de cada uno de estos vejámenes pensaran en sus madres y en sus sentimientos, tal vez tendríamos una mejor sociedad.