La evolución de los Bacanes

Coincidiendo con los 25 años de una inmensa investigación para televisión titulada “Bacanería, un Estilo de Vida”. Nace en Barranquilla un nuevo movimiento que pretende darle un mayor alcance a la filosofía bacana que el director, guionista, profesor y ex columnista de esta casa editorial, Hugo Gonzáles (qepd) junto a su equipo de investigación documentaron.

Gonzáles se convirtió para su generación en un “Sócrates” de los bacanes, sembrando en sus alumnos la semilla filosófica de la Bacanería Planetaria. Buscando promover la alegría y el optimismo, el respeto ante las diferencias, la admiración por la cultura y el pensamiento libertario.

Sin estos postulados, los cuales pude aprender de primera mano siendo alumno del profe Hugo. Yo, como inmigrante recién aterrizado en el caribe, no hubiese podido entender la razón o el sin razón de esta sociedad.

Hoy me uno a la fundación de los “Baqanes”, un movimiento ciudadano libre y espontáneo, sin política ni religión, sin estratos sociales, sin géneros musicales, sin identidades sexuales y sin discriminación. Una convocatoria a todos los barranquilleros que buscan contagiar y promover la cultura “Baqana”. 

Estamos en un momento histórico de protagonismo nacional y está en nuestras manos aprovechar esta vitrina para mostrar lo que realmente somos. Unos “Baqanes” que desde las expresiones culturales contagiamos y promovemos la cultura ciudadana.

Únete! Los “Baqanes” son fáciles de reconocer, porque cada vez hay más, los ves cuando vas por la calle y aunque no te conozcan te saludan. Son los que esperan el verde del semáforo para arrancar, a menos que haya otro “Baqán” cruzando por la cebra. Los que esperan y no pitan para no molestar. Los que respetan las señales de tránsito. Los que no se vuelan la fila. Los que ceden el puesto a los abuelos, niños de brazos y embarazadas en el bus. Los que llevan la bolsita en el bolsillo esperando encontrar una caneca para tirar la basura. Los que no dejan que se vuele el vaso o el icopor cuando están en la playa, en el parque o en el río. Los que ayudan al que ven desorientado y los que devuelven a su dueño lo que encuentran perdido.

Me uno porque esta “Baqanería” está “Baqana”. Porque los alcaldes, gobernadores y presidentes se van cada cuatro años. Pero los que quedamos aquí somos nosotros los ciudadanos.

De pronto ya eres un “Baqán” o “Baqana” y no lo sabías. Ahora que ya lo sabes, promuévelo. Seguro tienes un amigo, vecino o conocido, que necesita ser “Baqanizado”.

La horrible escena de Sofía Vergara

ESCENA 1.

EXT. – NOCHE / CALLE OSCURA / JUNIO DE 1995

Por una calle oscura vemos una pareja de adolescentes que caminan tomados de la mano, al fondo hay una camioneta “Machito” estacionada con las luces encendidas. Nada parece anormal, una noche tranquila y calurosa como cualquiera.

De repente los grillos dejan de chirriar, el ruido de un motor de un carro que viene acelerando irrumpe en la escena. Derrapa bruscamente junto a la camioneta, un hombre baja, cruza dos palabras con el conductor que estaba estacionado, saca un arma y le dispara hasta vaciar su cargador. El carro misterioso sale de la escena con la misma velocidad en que llegó.

Luego de unos segundos, cuando el silencio vuelve a reinar. La pareja que se había escondido detrás de un árbol se acerca. Ya están ahí otros vecinos curiosos que presencian cómo la víctima se ahoga en su propia sangre que brota por los orificios que quedaron en su cuello. Uno de los vecinos, aparentemente conocido del occiso se lleva las manos a la cabeza y grita desgarradamente: “Quebraron a Come’gato”

Esta escena no sale en la serie “Griselda”, pero me atrevería a asegurar que es la escena de narcotráfico más desgarradora que le ha tocado vivir a su protagonista Sofía Vergara. “Come’gato” era el apodo del hermano de la Toti, quien ha contado en entrevistas a medios internacionales durante el lanzamiento de la nueva narco-serie de Netflix, sobre la vida y muerte de su hermano mayor, quien estuvo una época vinculado al narcotráfico.

Hoy a “la Toti” la vemos triunfando y dando ejemplo de lo que una mujer Barranquillera con trabajo fuerte y talento puede lograr por sus propios medios. Una estrella de la pantalla grande y chica que con esta majestuosa interpretación seguramente logrará un sinnúmero de premios internacionales como reconocimiento a su trabajo actoral.

Es “otra serie de traquetos”, pero en ésta vemos el empoderamiento de dos mujeres que lucharon por salir adelante a su modo en una época que estaba destinada a ser protagonizada solo por hombres. Del lado del bien, una valiente mujer policía llamada “June Hawkins” (Juliana Aidén Martínez). Y del lado del mal, Sofía Vergara interpretando a “Griselda”, la mujer que lideró una organización criminal en Estados Unidos volviéndose la más temida entre los hombres.

Aplausos de pie para Sofía Vergara. No nos conocemos, pero me une a ella el haber estado caminando una noche calurosa de junio en 1995, con mi novia de aquel entonces, por unas calles oscuras del norte de Barranquilla, Colombia. Una experiencia horrorosa que he decidido recordar en género ficción, como una escena más de otra serie de “traquetos”.


El Martillazo

Cuando estaba iniciando este camino en la industria creativa un profesor de la universidad nos contó una leyenda urbana la cual he vuelto a escuchar con diferentes protagonistas y escenarios.

Yo se las contaré tal cual la recibí. En la mina de La Guajira los camiones que cargan las gigantes rocas de carbón que brotan de la tierra son de tamaños descomunales. Si solo las llantas superan los 4 metros de alto, imagínense lo que puede ser una pieza de su motor. Conseguir un repuesto se convierte en una tarea de mantenimiento transatlántico que puede llegar a tardar meses.

El país estaba en crisis energética y la extracción del carbón no podía darse el lujo de detenerse. Pero el camión número 6, ese que trabajaba doble turno sacó la mano. En una reunión de emergencia en la sala de juntas del presidente de la compañía acudieron el conductor, un Wayuu de ojos rasgados, y el jefe de mantenimiento, un inglés de piel colorada. Luego de un informe de 20 diapositivas con fotografías el europeo diagnosticó: El inyector 18 requiere cambio. Justo ese, el que no estaba en el inventario y esperar el repuesto no era una solución viable. Mientras el jefe se arrancaba los pelos, el conductor les contó de un primo mecánico de Barranquilla que seguro los podría ayudar. Después de un silencio incómodo el inglés sonrió con desdén. Pero como el presidente no quería descartar ninguna posibilidad. Ordenó traer al “Juancho”, desde el barrio con más casos de éxito en creatividad e innovación industrial de Barranquilla: “El Boliche”.

Juancho llegó al siguiente día por la mañana. Frente a la mirada incrédula del anglosajón se trepó en la cabecera del camión con una mona en la mano, es decir, un martillo gigante de los que se usan en construcción. Después de pedirle a su primo que chancleteara el motor y de escuchar toser a esa máquina descomunal, se asomó al abismo y le gritó sonriendo al colorado: Gringo! No problema! Se volvió a internar en el motor y se escuchó un martillazo que retumbó en todo el socavón de la mina. El camión arrancó inmediatamente con la misma melodía sincrónica de cuando estaba nuevo.

El inglés asombrado no musitaba palabra, solo logró decir ¿cuánto se le debe? El Juancho mientras se secaba el sudor con una toalla le dijo: Son 10 millones y 100 mil pesos. El inglés sacudió la cabeza y exclamó: ¿toda es plata por un martillazo? Y el Juancho le respondió: Nooo por el martillazo fueron 100 mil, los 10 millones fueron por saber en dónde pegar el martillazo.

En el caribe colombiano somos innovadores y creativos por naturaleza, pero los que estamos en la industria, todavía nos seguimos encontrando a los que valoran en millones a los de afuera, y al gran talento local solo se le quiere pagar los 100 mil. ¡Llegó la hora de creer en nosotros, nuestro talento vale igual que el de los demás! Compañeros, no cobremos por el martillazo, cobremos por saber en dónde pegar el martillazo.

Predicciones Tecnológicas para el 2024

En un escenario global de rápidos avances, Colombia no es ajena a los avances de innovación. Estos desarrollos prometen transformar la sociedad colombiana, impulsando sectores clave y mejorando la calidad de vida de sus habitantes. A continuación, destaco los 5 principales avances tecnológicos que se esperan para este 2024.

1. Tecnología 5G:

Colombia se unirá a la revolución de la conectividad con la implementación generalizada de la tecnología 5G. Este avance permitirá una velocidad de navegación sin precedentes y una conectividad más estable, facilitando la comunicación entre dispositivos y propiciando el desarrollo de ciudades inteligentes y dando alcance a áreas remotas, contribuyendo a reducir la brecha digital en el país.

2. Salud Digital:

El sector salud experimentará avances significativos con la expansión de la telemedicina y la adopción de soluciones basadas en inteligencia artificial. Plataformas de diagnósticos remotos y seguimiento de pacientes a través de dispositivos en línea mejorarán el acceso a la atención médica, especialmente en regiones geográficamente apartadas.

3. Agricultura Inteligente:

El sector agrícola verá la implementación de tecnologías inteligentes en la producción de alimentos. Sensores conectados a internet, drones y análisis de datos permitirán una gestión más eficiente de los cultivos, optimizando el uso de recursos y reduciendo el impacto ambiental.

4. Nuevos Emprendimientos Tecnológicos:

El gobierno está comprometido con el fomento de la innovación. Se espera un aumento en el apoyo financiero y regulatorio para emprendedores con proyectos de base tecnológica. Incubadoras y centros de innovación florecerán, proporcionando un entorno propicio para el desarrollo de nuevas ideas y tecnologías disruptivas.

5. Educación Digital y Realidad Aumentada:

La educación se verá beneficiada por avances en plataformas digitales y herramientas de aprendizaje basadas en inteligencia artificial. La realidad aumentada se comenzará a integrar en la educación, proporcionando experiencias de aprendizaje más inmersivas y participativas. Esto no solo mejorará la calidad de la educación, sino que también contribuirá a cerrar brechas educativas entre áreas urbanas y rurales. Estos avances dependen en gran medida de la rapidez en que las instituciones educativas transformen sus modelos de enseñanza y empiecen a educar para un futuro muy diferente al que creíamos.

Nos encontramos en un momento emocionante de transformación tecnológica. Tanto así que esta columna fue escrita con la ayuda de la Inteligencia Artificial de Chat GPT4.

Estos avances no solo impulsarán el desarrollo económico del país, sino que también mejorarán la calidad de vida de sus ciudadanos. Es fundamental que estos cambios se implementen de manera inclusiva y sostenible, garantizando que todos los sectores de la sociedad se beneficien de manera equitativa.

Se sabía que iba a pasar. 

El pasado viernes un grupo importante de trabajadores fueron desvinculados de la Universidad del Norte en Barranquilla, Colombia. Aunque algunos de los ganadores de esta lotería de despidos laborales que recibieron su liquidación y debida indemnización se sientan sorprendidos. Es algo que ya se veía venir.

Sostener una nómina costosa en una universidad que desde su fundación a priorizado por la calidad y excelencia académica, en tiempos de deserción estudiantil, sumado a la suspensión de programas de becas gubernamentales que significaban un grueso ingreso financiero. Son situaciones ajenas a la responsabilidad de las directivas y se sentía que venían desiciones dolorosas.

La reducción de personal en la Universidad del Norte pasó de ser un murmullo de pasillo a una realidad. Áreas enteras de servicio, profesores con años de trabajo y uno que otro que no justificaba su sueldo. Fueron las primeras víctimas de una reingeniería estructural de un modelo de negocio que sufre al igual que cualquier empresa que debe reducir sus gastos ante una baja de sus ingresos.

Los modelos universitarios en general están viviendo una crisis que debe analizarse. Los bachilleres recién egresados son reacios en su mayoría a cursar carreras profesionales largas y costosas. Los seducen las formaciones técnicas más cortas, enfocadas en nuevos modelos de vida que distan mucho del que prometen las universidades tradicionales.

Un reciente estudio de UPCEA (University Professional & Continuing Education Association) publicó las 5 causas principales por la que los estudiantes no quieren estudiar carreras universitarias.

  1. Metodologías obsoletas que ponderan la memoria de textos antes que el pensamiento crítico. 
  2. El darle más importancia a la teoría que a la práctica. 
  3. Contenidos costosos que pueden accederse de manera gratuita en Internet. 
  4. Profesores endiosados que dictan la misma cátedra por años y no se renuevan. 
  5. Pénsums sin fechas de vencimiento que no se adaptan a las nuevas dinámicas laborales de la sociedad. 

Estos hallazgos son el insumo para que la Universidad rediseñe sus ofertas académicas. Y junto a una mejor estrategia de seducción de estudiantes puedan continuar con su legado de calidad y excelencia, sin perder el norte.

Al igual que las directivas lamento profundamente los empleos perdidos pero confío en la calidad de profesionales que la universidad formó y seguramente sabrán reincorporarse en el mundo laboral. En cuanto a la universidad, urge tomar medidas para anticiparse y no vuelva a suceder lo que ya se sabía que iba a pasar.

“Del dicho al hecho hay mucho trecho”

¿El que dice o el que hace?

En el fútbol, en el matrimonio, en los negocios, en la política, en la vida en general, siempre hay dos tipos de personas. Los que dicen lo que se debe hacer y los que lo hacen. De esta dicotomía se desprende el funcionamiento de nuestro mundo. La clave es identificar para qué estamos hechos.

Este trabalenguas trataré de explicarlo con 5 ejemplos.

1. El equipo de fútbol va empatado, faltan 15 minutos para que acabe el partido y desde la tribuna el hincha furibundo comienza a pedirle el cambio de dispositivo táctico al técnico. Sin conocer la estrategia, sin saber el estado físico y emocional de los jugadores, sin tener la información de base para tomar decisiones efectivas.

2. El niño en la casa caprichoso que no hace caso. Llega la tía solterona de visita y aconseja al matrimonio medidas certeras para mejorar la crianza del chico. Mientras ella en su vida lo único que ha educado es a un pincher perro.

3. El empresario que enfrenta el día a día de su negocio buscando nuevos clientes y manteniendo a los que tiene. Pero cuando está creciendo acude a un asesor externo para que lo ayude a organizar su empresa. Los consejos los recibe de un consultor que nunca ha hecho empresa.

4. En la universidad, los estudiantes reciben enseñanza de cómo ser profesionales, por parte de personas que desde que graduaron fueron profesores y nunca ejercieron la profesión.

5. Y en la política tenemos representantes que son expertos criticando al gobierno, pero cuando tuvieron o tienen la posibilidad de gobernar, no saben administrar.

Entonces ¿los que dicen o los que hacen? Esa es la cuestión. Sin querer parecer una pregunta existencial shakesperiana es ésta una pregunta que nos debemos hacer para encontrar el balance productivo de nuestras vidas.

Están las personas que tienen la capacidad de analizar desde afuera una situación y son valiosas para “decir”, señalando el camino hacia una solución. Pero son incapaces de “hacer”. Y están las otras que son valiosas para “hacer”, son los creadores, los que empiezan una situación de la nada. Pero con el tiempo por estar inmersos en la operación, pueden perder el norte y solo apoyándose en los primeros encuentran el camino a la solución.

La respuesta a la pregunta es que ambos son importantes, pero si cada uno entiende con responsabilidad el papel que le toca.

Porque el que es experto en “decir” muy pocas veces sabe “hacer”. Y no todo el que sabe “hacer” tiene la habilidad de saber “decir”.

Como dicen las abuelas, del dicho al hecho, hay mucho trecho.

“Los Juegos del Hambre” y “El Peluca Milei”

Este fin de semana nos dejó dos éxitos taquilleros que en nada se relacionan pero en mucho se parecen.

El primero es una ficción que supera la realidad.

Se estrenó la quinta película de “Los Juegos del Hambre”. Una precuela de la exitosa saga en la cual cuenta cómo inició la historia del “Sinsajo”. Una trama de amor y rebeldía ambientada en un mundo postapocalíptico y retrofuturista. En el cual unas personas elegidas al azar, son obligadas a participar en una competencia, en donde deberán enfrentarse a muerte para el divertimiento de la clase alta que vota por sus favoritos viendo la competencia en directo por televisión.

Un asemejo de circo romano en donde en vez de gladiadores. Jóvenes, mujeres y niños deben matar o morir para llegar a la final y proclamarse como vencedores del reality.

El segundo es una realidad que supera la ficción.

Se estrenó Javier Milei como presidente electo de Argentina. Una secuela de la fracasada sociedad bonaerense basada en una historia que cuenta cómo un país cansado de la corrupción, dio un salto al vacío y eligió como gobernante a una persona que hasta hace 2 años solo era conocida por decir disparates económicos en programas de televisión.

Una trama de rebeldía ambientada en un país preapocalíptico con un nuevo presidente que llena estadios rugiendo como león y gritando improperios al establecimiento. Un personaje principal que rompe todos los esquemas de un político tradicional, escupiendo ideas libertarias incoherentes y retrógradas, como las de volver a penalizar el aborto y abolir los derechos a comunidades LGBTIQ+.

A pesar de esto, se muestra como un soltero moderno que practica orgías sin importar el género, el sexo tántrico y la retención de la eyaculación como fuente de placer, autodenominándose “Vaca Mala”, porque no da leche.

Casi llegando al final del reality de su campaña, el cual fue transmitido en tiempo real por las redes para el divertimiento del pueblo. Encuentra el amor en una sexi y popular vedette de teatro. Una mujer exuberante de amplio escote y colágeno en los labios. Quien se convierte en el nuevo estereotipo de rubia siliconada que deberán seguir las primeras damas de las naciones latinoamericanas que pretendan copiar el libreto de esta exitosa historia.

Ambas “películas de realities” tienen un denominador en común. La intención de cautivar votos del público que consume los contenidos. La diferencia es que unos lo hacen con mensajes desde el celular. Los otros lo hacen en las urnas eligiendo influencers como sus gobernantes. Más allá de criticar la realidad o la ficción, es un fenómeno inquietante que nos debemos detener a estudiar.

“Corrupción a su justa proporción”

Era el año 1978 y el candidato a presidente de ese entonces, Julio César Turbay Ayala, lanzaría como promesa de campaña la expresión más cruda y cínica de la historia moderna de la ética política colombiana: “Debemos llevar la corrupción a su justa proporción”. Esta declaración testificó y normalizó un comportamiento ilegal, no solo en el ámbito político sino en la concepción de vida de nuestra sociedad.

Desde aquellos tiempos los colombianos nos adjudicamos el derecho individual de trazar con una regla imaginaria una línea ética de hasta dónde algo está bien o está mal, de lo que se puede o lo que no se puede hacer, de lo que es mío y lo que es de los demás. Una línea ética flexible que se corre y se tuerce según la necesidad, con la complicidad de las autoridades, de los amigos y hasta de la familia.

En Colombia tenemos una adicción a la corrupción. Los síntomas se evidencian en el día a día con comportamientos que parecieran inofensivos. Como volarse una fila de espera si se distrae el de adelante, “cuadrando” al del tránsito para evitar una multa, parqueando en lugares prohibidos o de discapacitados, saltándose el torniquete del Transmetro, entre muchos otros más que ya hacen parte de la cotidianidad. Pero estos comportamientos son el inicio de una enfermedad que termina normalizando actos delictivos que destruyen una sociedad.

Una enfermedad que se volvió crónica hasta el punto de sentir empatía por los corruptos. Sobretodo esos que tienen un prontuario de denuncias e investigaciones pero que cada 4 años son levantados en hombros y tratados como grandes doctores.

Ser político en nuestro país es para muchos ganarse la lotería. Para ganar, deben comprar varios billetes acaparando la mayor cantidad de personas dispuestas a vender sus tiquetes de conciencia. Pero afortunadamente ya no estamos en la era de Turbay, son menos los que se doblegan frente a la imagen del patrón de cuello blanco. Hoy en día el fenómeno es otro. El cinismo político ha evolucionado, ya no hay tanta devoción por los doctores de cuello blanco que solo compran conciencias con tejas, cemento o cupos para el colegio de los hijos.

Los nuevos políticos han modernizado su imagen para seguir cautivando, se visten de pueblo, ya no van a debates, les funciona mejor tocar guitarra, tambor, hablar con groserías que gustan a la prole, bailar en conciertos y caminar en tenis.

Las encuestas no mienten, los que las diseñan si.

Cuando faltan solo unos días para ejercer el derecho al voto, en los medios se publican varias encuestas realizadas por consultoras viejas conocidas y nuevas desconocidas con resultados tan dispares que desorientan a cualquier opinador.

Cada encuesta publicada debe por ley ser sustentada por fichas técnicas en las cuales se informa el número de encuestados, edades, género, ubicación geográfica y otros datos que permiten darle credibilidad teniendo en cuenta un margen de error. El cual debe estar obligatoriamente entre el 3% y 8% con un nivel de confianza de al menos un 95%.

Para entenderlo de una manera más práctica. Una encuesta es una fotografía de la opinión de un grupo de personas en un momento determinado. Pero, detrás de esa fotografía, hay un fotógrafo que hizo un encuadre y decidió quién debía salir en esa foto y el momento preciso para tomarla.

Por ejemplo, si en plena Batalla de Flores del Carnaval de Barranquilla se toma una fotografía en un palco durante un bache del desfile y otra dos minutos después en plena euforia. A pesar de ser el mismo lugar y las mismas personas, la primera fotografía evidencia un desastroso carnaval muy distante de la realidad. Si bien la fotografía es real y no está trucada, no muestra el verdadero sentimiento de las personas. Porque el fotógrafo decidió qué mostrar y en qué momento tomar la foto.

Lo mismo pasa con las encuestas, son reales, pero quienes las diseñan son los que toman la decisión consciente, con transparencia o con malicia, de escoger quién sale y el momento en que se toma la foto.

Las mañas para “manipular” los resultados de una encuesta son tan diversos como increíbles. Supongamos que quiero evidenciar lo muy católica que es la comunidad del centro histórico de Barranquilla. Escojo un lugar concurrido como la plaza de La Paz.

Los resultados serán muy diferentes si la pregunta la hago a los transeúntes un domingo a las nueve de la mañana justo cuando termina la misa. O un viernes a las nueve de la noche cuando los jíbaros andan sueltos. La ficha técnica puede decir misa y jurar ante el sagrado rostro que las respuestas son reales, pero el resultado no será la verdadera medida de la fe católica de una comunidad.

Una encuestadora seria debe tomar las precauciones para definir su muestra de la manera más aleatoria posible teniendo en cuenta las variables que pueden desviar los resultados. Pero en temporada política, cuando se trata de mostrar poder para ganar indecisos, aparecen las consultoras fantasmas que manipulan la data para hacer sus propios análisis y favorecer a los candidatos de su preferencia, o los del que está pagando la encomienda.

Cuando cayó un meteorito en Barranquilla

Hace dos años llegaron a mi agencia de publicidad dos mujeres excepcionales, Mónica Schraer y Francis Zylberblum, fundadoras de la Organización Social nu3. Tenían la necesidad de dar a conocer la colocación de la primera piedra de un complejo social que se construiría en el barrio Villas de San Pablo.

Ellas, en esa labor titánica de llevarle bienestar y progreso a los niños, madres adolescentes y abuelitos más necesitados, lograron que la Fundación Mario Santodomingo les donara un lote para construir un sueño intergaláctico para mejorar la vida de más de 20 mil familias.

Como todo proyecto social, cualquier peso que se gasta en publicidad es menos inversión en la gente. Entonces debíamos ser muy cuidadosos con la propuesta. No podíamos gastar en pauta por lo tanto debíamos apelar a algo que en el medio se conoce como “free press”. Es decir, lograr convertir un suceso en noticia para que los medios lo difundan sin tener que gastar en publicidad.

Es aquí cuando la creatividad debe brillar. Porque posicionar una marca es fácil cuando hay grandes presupuestos. Pero hacerlo orgánicamente es un reto que solo las buenas ideas y una ejecución impecable pueden lograr.

Con mi equipo, decidimos ser atrevidos y arriesgarnos proponiendo una estrategia de marketing disruptivo. Sembramos los ingredientes de una historia que solo podía funcionar en una región en donde la realidad es mágica y la mamadera de gallo hace parte de la identidad cultural.

Diseñamos una serie de sucesos meticulosamente planeados, desde la selección de la piedra que pareciese un meteorito, la pintura y unos jeroglíficos, la preparación del terreno, el traslado con grúa mientras todos dormían, un incendio controlado con la ayuda de bomberos, el sobrevuelo de un helicóptero con la colaboración de la policía, dos actores simulando ser agentes de “Archivos X” versión criolla. Y la escogencia de una fecha para la aparición de la piedra en la que todos los periodistas nacionales estaban presentes por un partido de la eliminatoria de la selección Colombia.

Fueron los ingredientes para que convirtiéramos el “Meteorito de Barranquilla” en fenómeno viral y en la estrategia publicitaria más premiada en la historia del caribe colombiano.

Hoy después de dos años Mónica y Francis me vuelven a citar para inaugurar este sueño y aunque muchas galaxias se hayan descubierto desde ese entonces. Estaré gustoso de seguir aportando mis ideas y las de mi equipo en favor de proyectos tan nobles y de verdadera transformación social como son los de la Organización Social nu3.