“Guerra Civil”

La ciudad está sumida en el caos: las calles rebosan de marchas, la gente protesta porque las tiendas están cerradas y no pueden adquirir alimentos. Con la mirada perdida entre el dolor y la frustración, una mujer envuelta en una bandera corre hacia la montonera estallando en el inicio de una escena que nos insta a reflexionar sobre el peligro de la involución de una sociedad polarizada, mal informada, herida y desesperada.

Aunque no refleja la realidad actual, bien podría hacerlo; aunque no se sitúa en Colombia, la trama se vuelve palpable. Hablo de “Civil War”, el más reciente estreno de Alex Garland, un director-escritor futurista con varios éxitos de taquilla a sus espaldas. La cinta ha generado un gran revuelo mundial al plantear una guerra civil en Estados Unidos, cargada de una realidad cruda, narrada desde la perspectiva de fotoperiodistas que buscan la noticia disparando sus cámaras en las escenas más duras del ‘cinéma verité’ contemporáneo.

Por otro lado, en Colombia, la masiva movilización de los sectores de oposición del pasado domingo 21 de abril marcó el inicio de una batalla de marchas que recibirá respuesta por parte del oficialismo el próximo 1 de mayo. Si el gobierno, las autoridades y la sociedad civil no moderan el tono de las protestas, podríamos estar iniciando lamentablemente una película de la degradación de nuestro país.

El presidente, elegido por la mayoría del pueblo, tiene el deber de legislar escuchando y logrando acuerdos con la oposición. Del mismo modo, los opositores deben respetar la legitimidad del gobierno y abandonar cualquier iniciativa de rebelión. De lo contrario, caeremos en una trama de odios y rencores que nos pondrá en un conflicto de todos contra todos.

La trama de nuestra película, no la del cine, está llegando al clímax de la historia. En este caso, el protagonista principal trata de sofocar la expresión popular de la oposición, cegado por lo que prefiere ver y ensordecido por el ruido del coro de aplausos que lo rodea. Y por el otro lado, los antagonistas se aprovechan de las indignaciones sociales, algunas provocadas por este gobierno y otras por administraciones anteriores de ellos mismos. Pero saben que al agitar la opinión desinformada aumentarán su caudal electoral.

Mientras tanto, la gente sigue enfrentando los mismos desafíos, viendo cómo la solución a los problemas fundamentales se enredan en una batalla en la que el pueblo es el soldado del pelotón. No caigamos en la trampa de la “Guerra Civil de la Opinión”.

“Del dicho al hecho hay mucho trecho”

¿El que dice o el que hace?

En el fútbol, en el matrimonio, en los negocios, en la política, en la vida en general, siempre hay dos tipos de personas. Los que dicen lo que se debe hacer y los que lo hacen. De esta dicotomía se desprende el funcionamiento de nuestro mundo. La clave es identificar para qué estamos hechos.

Este trabalenguas trataré de explicarlo con 5 ejemplos.

1. El equipo de fútbol va empatado, faltan 15 minutos para que acabe el partido y desde la tribuna el hincha furibundo comienza a pedirle el cambio de dispositivo táctico al técnico. Sin conocer la estrategia, sin saber el estado físico y emocional de los jugadores, sin tener la información de base para tomar decisiones efectivas.

2. El niño en la casa caprichoso que no hace caso. Llega la tía solterona de visita y aconseja al matrimonio medidas certeras para mejorar la crianza del chico. Mientras ella en su vida lo único que ha educado es a un pincher perro.

3. El empresario que enfrenta el día a día de su negocio buscando nuevos clientes y manteniendo a los que tiene. Pero cuando está creciendo acude a un asesor externo para que lo ayude a organizar su empresa. Los consejos los recibe de un consultor que nunca ha hecho empresa.

4. En la universidad, los estudiantes reciben enseñanza de cómo ser profesionales, por parte de personas que desde que graduaron fueron profesores y nunca ejercieron la profesión.

5. Y en la política tenemos representantes que son expertos criticando al gobierno, pero cuando tuvieron o tienen la posibilidad de gobernar, no saben administrar.

Entonces ¿los que dicen o los que hacen? Esa es la cuestión. Sin querer parecer una pregunta existencial shakesperiana es ésta una pregunta que nos debemos hacer para encontrar el balance productivo de nuestras vidas.

Están las personas que tienen la capacidad de analizar desde afuera una situación y son valiosas para “decir”, señalando el camino hacia una solución. Pero son incapaces de “hacer”. Y están las otras que son valiosas para “hacer”, son los creadores, los que empiezan una situación de la nada. Pero con el tiempo por estar inmersos en la operación, pueden perder el norte y solo apoyándose en los primeros encuentran el camino a la solución.

La respuesta a la pregunta es que ambos son importantes, pero si cada uno entiende con responsabilidad el papel que le toca.

Porque el que es experto en “decir” muy pocas veces sabe “hacer”. Y no todo el que sabe “hacer” tiene la habilidad de saber “decir”.

Como dicen las abuelas, del dicho al hecho, hay mucho trecho.

Un líder debe saber hacer renuncias de criterio

Desde que comencé a liderar equipos de trabajo en la agencia he tenido que aprender a hacer muchas renuncias de criterio. Cuando pateaba el tiro de esquina y metía el gol de cabeza al mismo tiempo estaba acostumbrado a hacer las cosas a mi manera.

Pero desde que decidí hacer crecer Agencia Pópuli tuve necesariamente que delegar y confiar en la gente. Vaya qué difícil, porque abandonar conceptos como «nadie hace mejor las cosas a como las haría yo» implica tener que aceptar la visión de otros, renunciar a tu ego y dejar pasar detalles que de pronto quisieras cambiar. Pero que ya no puedes porque no tienes tiempo, o porque simplemente son «ganas de joder».

Pero solo cuando entiendes que hay otras formas de hacer las cosas así tan bien como uno las hubiese hecho. Y descubres talentos maravillosos que agregan valor a los resultados de tu trabajo. Te das cuenta de que esas renuncias de criterio valieron la pena, porque te hicieron crecer como líder de un equipo de trabajo.

¿Más iniciativas o más acabativas?

Cuando era un estudiante mucho hablábamos de tener iniciativas para transformar nuestro mundo en un lugar mejor. Pero un día me rebelé. Me aburrí de tanto humo. Está bien soñar y dejar volar la imaginación, pero más importante aún es saber aterrizar. Hay tantos pensadores por ahí que se creen superiores pero lo único que tienen en su cabeza son utopías. Para transformar el mundo se necesitan iniciativas pero que tengan acabativas.

Tengo dos serafines peleando en mi cabeza

Yo creo que a la hora de trabajar en un proyecto todos en la agencia tenemos dos serafines que nos revolotean en la cabeza. Uno es el responsable, ese que nos grita: «¡Esfuérzate, tú puedes hacer mejor las cosas!» Y mientras el otro, el mediocre, es el que nos susurra: «Deja así, así está bien, nadie se va a dar cuenta…»

Es una pelea constante que tiene uno con el otro.

Durante muchos años había pensado que el primero, el responsable, es el que debía ganar todas las peleas.

Pero con el tiempo entendí, para la tranquilidad emocional y la efectividad laboral, que lo mejor, es tenerlos siempre peleando.

¡Con calidad! hasta para cagarla hay que tener calidad

Esta frase explícita se la aprendí a mi papá, al principio no la entendía, pero cuando empecé a cagarla lo comprendí todo.

En este negocio con tantas aristas, dependemos de proveedores externos, de las condiciones del mercado, del estado de ánimo de la gente, de la realidad nacional y hasta del clima. Con tantas variables uno nunca está exento de tomar una decisión equivocada y cagarla de vez en cuando.Pero cuando uno está convencido de que lo que está haciendo, lo está haciendo con «calidad», la cagada no será tan cagada y seguramente tendrás una forma de reparar el error dignamente.

«Quiero que me diseñes una marca con un nombre atractivo y que el logo se vea bonito»

Ah… ok. ¡Vaya Brief el que hemos recibido!.

Si quieres tener una marca que realmente sea funcional para tu producto o servicio necesitaremos conocer un poco (bastante) más para lograrla.

En Agencia Pópuli creamos marcas después de estudiar el ADN de tu servicio, analizar tus clientes potenciales, conocer la competencia, revisar tendencias. Y después de mucha investigación, interpretación de datos, muchos, muchos comités creativos llegaremos a un nombre que sea fácil de pronunciar, corto, y por supuesto, único al buscarlo en redes y registros de marcas. Después, solo después, empezaremos a pintarla, para darle la magia de la forma y el color, para que resuenen solo con mirarla. Por eso no es solo que sea bonita y atractiva, hay más, mucho más.

La publicidad Mariposa

Suena irreverente, pero es una analogía que me inventé hace algunos años y no se me ha ocurrido ninguna otra más apropiada para definir las estrategias de publicidad que en Agencia Pópuli nos comprometemos a nunca hacer.

Imagínate por un momento a una mariposa salida de un cuento de hadas, acaba de dejar su capullo, cuando abre sus alas todos la alaban por ser bonita, pero cuando llega la hora de volar, como no tiene un rumbo fijo nunca sabremos donde va a parar, y lo peor, está destinada a morir en menos de 24 horas.

Te invito a que aprendas a diferenciar entre la publicidad efectiva y la publicidad «mariposa». La próxima vez que veas un aviso no lo juzgues por ser «Bonito». Revisa si en verdad cumple el objetivo de comunicación, porque si no está destinado a no funcionar más allá de su percepción estética. Mira bien y no te dejes engañar, porque hay mucha publicidad mariposa por ahí volando…